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LA PARADOJA DEL TIEMPO

27 de noviembre de 2017

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El mundo de la empresa y los negocios se mueve a la velocidad de la luz. Crecen las tecnologías de todo tipo que cambian nuestros hábitos y estilos de vida. Innovaciones disruptivas hacen tambalear negocios y sectores consolidados.

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Las empresas

Pero cuando pasamos nuestras jornadas de trabajo dentro de nuestras oficinas, un fenómeno diferente nos golpea… Todas las metáforas sobre velocidad, internet, innovación… desaparecen. En nuestro hábitat, las cosas suceden D E S P A C I O. Las reuniones nos roban tiempo, los emails se amontonan, los retrasos se acumulan, las decisiones se posponen… En definitiva, el día a día nos devora.

 

El declive de la productividad

La gente trabaja más que nunca, horas delante del ordenador, meeting tras meeting, arañando minutos para comer, haciendo llamadas… pero el trabajo no progresa. Los equipos son estupendos, la gente viene super preparada, pero su desempeño se ralentiza, pierden fuerza, todo cuesta más.

 

Una amenaza estratégica

Por un lado, el entorno se acelera, la transformación digital magnifica las diferencias entre las empresas innovadoras y las que no lo son. Por el otro, las empresas incapaces de tomar decisiones rápidas y pasarlas a la acción, son vulnerables ante competidores más ágiles e innovadores. Así que esta es la situación: empleados con talento van cada día a trabajar y algo pasa que les impide hacer las cosas que pensaban que podrían hacer. La burocracia, los procesos, la cultura de la organización hunde su espíritu y les lleva a una situación de…

 

«¿Para qué? ¿Para qué todo este esfuerzo?»

 

Los secretos de la productividad

Algunas empresas se han dotado de herramientas para cortar la burocracia y poder ejecutar acciones rápidas. Solo les falta el impulso de su capital humano para poder aprovecharlas. Porque la culpa de la falta de productividad no está en los empleados, está en la organización. Motivar a los empleados está muy bien, pero no podemos quedarnos ahí. Son 3 los factores que determinan la productividad de un empleado:

  • El tiempo:el tiempo realmente productivo que pueden dedicar cada día a su empresa.
  • El talento:la capacidad de adelantarse, aportar, compartir y comprometerse.
  • La energía:la dedicación, concentración y creatividad de cada una de las horas que el empleado pasa en el trabajo.

Porque la diferencia en productividad entre un empleado simplemente satisfecho, de otro plenamente comprometido e inspirado, es enorme. Aquellos que creen que pueden conseguir grandes cosas, generalmente aportan mucho más valor a la empresa.

 

Look at the big picture

Se dedican muchos esfuerzos a mejorar la eficiencia personal de los empleados, a técnicas de coaching, simplificación de procesos, etc., pero nos olvidamos de un paso previo: como romper las barreras culturales que atenazan a las organizaciones y les impiden desarrollarse con más libertad y soltura. La respuesta: con una nueva narrativa, un nuevo estilo de comunicación,más transparente y sincero, que haga nuestro proyecto más sugerente y atractivo para todos.

 

La receta, seducir

Comunicar con pasión, compartir e inspirar a través de nuestra cultura y de nuestros valores, de nuestros orígenes, de nuestra causa y propósito. Tratar a los empleados como a los clientes. Estimularlos a través de lo que nos une y nos diferencia del resto. Crear un clima de confianza, apelar al orgullo de trabajar juntos por un proyecto común. Por un objetivo que merece la pena. Conectar con pasión, con honestidad y coraje.

 

Back to the roots

Solo así conseguiremos inspirar a nuestros empleados, lograr su compromiso y convertirlos en embajadores de nuestra marca. Solo así podremos llevar a cabo las acciones más extraordinarias, que contribuyan al éxito del proyecto en el que creen y del que se sienten plenamente orgullosos y comprometidos.

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